lunes, 17 de enero de 2011

Presentación del libro "Vegetación y Flora de Madrid" en el Jardín Botánico de Madrid

Hola Amigos: 
Os comunico que el miércoles 19 de enero, a las 19,00 h, tendrá lugar la presentación del libro "Vegetación y Flora de Madrid" en el Salón de Actos del Jardín Botánico de Madrid. Contaremos con la inestimable presencia de dos eminentes botánicos: Juan Manuel Martínez Labarga de la Universidad Politécnica y Ramón Morales del Jardín Botánico de Madrid.
Nos gustaría contar con vuestra compañía en este acto. En él se hará un repaso del contenido del libro y se comentarán los trabajos llevados a cabo para su elaboración.

sábado, 15 de enero de 2011

Sierra Morena. Vertientes del río Jándula. Andújar (Jaén). 8-1-2011 // 500-600 msnm


Nos desplazamos hacia el sur para visitar los hermosos parajes andaluces de Sierra Morena. Un entorno de origen remoto que constituye el borde meridional de lo que los geólogos denominan el Macizo Ibérico, y que no es sino lo que queda de una antigua cordillera levantada durante la Orogenia Hercínica (final de la era Paleozoica) y arrasada posteriormente, donde predominan rocas metamórficas e ígneas (foto 1). Actualmente este zócalo se extiende, más o menos enterrado, por la mayor parte del oeste peninsular, desde Huelva a Galicia y desde Asturias hasta donde nos encontramos, pasando por el Sistema Central.


Al consultar el mapa geológico observamos que la litología predominante en estas sierras se basa en cuarcitas y pizarras lo que da lugar a un paisaje característico de crestas y valles que finalmente determina la erosión. Ésta, mientras respeta a las primeras ataca a las pizarras que son más blandas, deviniendo los terrenos formados por este tipo de roca en relieves deprimidos.
Cuando consultamos "Google Maps" para preparar el viaje y después ya en la zona constatamos primeramente una pronunciada alineación de varios cientos de kilómetros que, atravesando Andalucía, separa nítidamente el valle del Guadalquivir y Sierra Morena. Después, una vez ya sobre el terreno, percibimos claramente un cambio radical en el paisaje cuando en escasos kilómetros pasamos de uno a otro ámbito. La explicación, como siempre, la encontramos en la historia geológica del territorio: durante el Mioceno colisionaron las placas de Alborán y Africana contra la Ibérica, amontonando sobre el borde de esta última tal cantidad de depósitos marinos y bloques litosféricos (lo que actualmente constituyen las sierras béticas) que la plataforma continental acabo flexionándose y fracturándose bajo el peso del Orógeno Bético. Como consecuencia de este episodio, la prolongación del Macizo Ibérico por el sur se encuentra hundido y sepultado por centenares de metros de depósitos marinos y terrestres acumulados en el brazo de mar que sirvió de comunicación entre el Atlántico y el Mediterráneo, hoy valle del Guadalquivir. 
Otra característica geológica de la zona que visitamos es la presencia de una gran masa granítica que viene desde el oeste, como una prolongación del batolito granítico de Los Pedroches (foto 2). Son la consecuencia de una intrusión magmática emplazada durante la Orogenia Hercínica, aprovechando las fracturas que se produjeron durante los procesos distensivos posteriores a la etapa compresiva. Un poco lío, sí, pero merece la pena reparar en la presencia de estas rocas porque tiene importantes consecuencias en la cadena trófica que se desarrolla en el entorno. Y es que el sustrato arenoso resultante de la alteración del granito resulta ideal para que los conejos (Oryctolagus cuniculus) puedan horadar sus madrigueras y establecer poblaciones copiosas. Ni que decir tiene que el conejo sostiene buena parte de la pirámide trófica en el ambiente mediterráneo y que de su abundancia se derivan las observaciones de depredadores tan emblemáticos como por ejemplo el águila imperial (Aquila adalbertii).


El embalse del Jándula lo encontramos rebosante de una turbia masa de agua, producto de los aportes de elementos finos que las últimas lluvias han arrastrado. Los ríos y los arroyos también van pardos, y, embravecidos, se salen de madre arrasando las orillas y acumulando en ellas troncos de considerable tamaño. Las nutrias que viven por aquí no sabemos qué harán, pero los cormoranes (Phalacrocorax carbo) evolucionan sobre estas aguas buceando, a pesar de la corriente, como si tal cosa.
El monte esclerófilo de esta parte de la sierra está constituido por una buena colección de árboles y arbustos, en general de corta edad. Se distribuyen de forma más o menos aclarada debido a la presión de los numerosos herbívoros que viven en la zona (ciervos, gamos, muflones, conejos...ganado). Entre las leñosas más habituales que encontramos en nuestros paseos por los interfluvios de la zona anotamos:
Madroño (Arbutus unedo) FR y alguna FL (foto 3)
Estepa blanca (Cistus albidus)
Jara pringosa (Cistus ladanifer)
Jaguarzo (Cistus monspeliensis)
Jaguarzo morisco (Cistus salvifolius)
Cantueso (Lavandula stoechas) brotes FL
Acebuche (Olea europaea)
Pino piñonero (Pinus pinea)
Lentisco (Pistacia lentiscus) FR
Piruétano (Pyrus bourgaeana)
Coscoja (Quercus coccifera)
Quejigo (Quercus faginea)
Encina (Quercus ilex)
Quejigo andaluz (Quercus canariensis)
Labiérnago (Phillyrea angustifolia)
Labiérnago prieto (Phillyrea latifolia)
Romero (Rosmarinus officinalis) FL (foto 4)
Olivilla (Teucrium fruticans)
Mejorana (Thymus mastichina)


Como se ve en el listado anterior algunas plantas se encuentran en flor (FL). Destaca principalmente la floración del romero que es muy llamativa. Sus flores atraen una buena cantidad de abejas (Apis mellifera) y también algún abejorro (Bombus terrestris) cuando las condiciones atmosféricas son favorables. Tal y como se encuentran estos himenópteros nos produce tanta alegría escuchar sus zumbidos como observar los vuelos garbosos de las imperiales en celo.
Otras plantas en flor que llaman nuestra atención son los garbancillos (Erophaca baetica) (foto 5), unas leguminosas respetadas por los herbívoros por su toxicidad, y también unos precoces narcisos (Narcissus jonquilla) (foto 6) que aquí comienzan su ciclo reproductivo en estos días, aunque normalmente lo suelen hacer más tarde.



En las vaguadas los ciclos de las plantas se retrasan a consecuencia de las bajas temperaturas. Las pesadas masas de aire frío se deslizan hacia los fondos de valle de modo que durante el invierno estos ámbitos están sometidos a temperaturas más bajas que las del medio circundante. Aun así, siempre hay elementos discordantes y algunos fresnos y alisos nos sorprenden con sus primeras floraciones. Las plantas leñosas que encontramos en las riberas de esta zona son:
Aliso (Alnus glutinosa) FL
Tamujo (Flueggea tinctoria)
Fresno (Fraxinus angustifolia) FL
Mirto (Myrtus communis) FR (foto 7)
Adelfa (Nerium oleander)
y zarzamora (género Rubus), aunque creo que se me olvida alguna importante.

La comunidad de aves que encontramos en la zona está constituida por residentes e invernantes llegados en su mayor parte de Europa central y occidental para aprovechar los recursos alimenticios que brindan estos espacios meridionales. Muchas plantas aún están cargadas de frutos lo que les da mucha "vidilla"; revoloteando en su interior, en cuanto se presta un poco de atención, se pueden ver muchas currucas y otras pequeñas aves. Cuando deja de llover y mejora el tiempo también son frecuentes los aviones roqueros (Ptyonoprogne rupestris) sobrevolando el cielo de aquí para allá. Atraen nuestra atención porque más hacia el centro de la península, por donde nos movemos normalmente, estas aves desaparecen durante estas fechas invernales, suponemos que por la escasez de plancton aéreo. En fin... El listado de las aves que encontramos por la zona es el siguiente:
Cormorán grande
Garza real
Buitre leonado
Buitre negro
Águila imperial
Águila real
Cernícalo vulgar
Perdiz roja
Paloma torcaz
Tórtola turca
Mochuelo
Pito real
Pico picapinos
Totovía
Avión roquero
Lavandera blanca
Chochín
Petirrojo
Colirrojo tizón
Tarabilla común
Mirlo común
Zorzal común
Zorzal charlo
Curruca rabilarga
Curruca cabecinegra
Curruca capirotada
Mosquitero común
Mito
Herrerillo capuchino
Herrerillo común
Carbonero común
Trepador azul
Agateador común
Alcaudón real
Arrendajo
Rabilargo
Urraca
Cuervo
Pinzón vulgar
Verdecillo
Verderón común
Jilguero
Escribano montesino