martes, 23 de febrero de 2010

Charca de la Atalaya de Venturada. El Vellón (M). 22-2-10 // 920m





Nos reunimos unos amigos al anochecer para visitar unas charcas de la sierra madrileña. Se trata de observar anfibios en esta época del año, cuando buena parte de ellos se encuentran en celo. 
A eso de las 8 de la tarde (hora oficial) comenzamos la prospección en una charca de El Vellón, a la que se refiere el encabezamiento de esta entrada. El tiempo está inestable y al principio cae algo de agua y nieve (ideal para estos bichos). El termómetro marca 6º C.
La cosa no puede ir mejor, pues ya por el camino se ven los primeros ejemplares de sapo corredor (Epidalea calamita) (foto 2). También, ya en la lagunilla, se ve alguno dentro del agua (foto1). Sin embargo, lo que más llama la atención es la presencia de una buena población de sapo de espuelas (Pelobates cultripes) (foto 3) cuyos machos emiten sus reclamos similares a los de las gallinas. Aunque la mayoría se encuentra dentro del agua tenemos que andar con cuidado para no pisar a ninguno. La visita se remata con la aparición de un gallipato (Plurodeles waltl) (foto 4) solitario que al parecer no es habitual en esta charca. Me pregunto cómo no está protegido un lugar así, que en un reducido espacio de tiempo, como el de esta visita, hace gala de tal diversidad.
Continuamos el recorrido por la laguna de Valdemanco, un pequeño humedal protegido que se forma en medio de una diminuta depresión del terreno, al pie de la sierra de La Cabrera. A pesar de ser buen lugar para la ranita de San Antonio, todavía se conoce que es pronto y estos misteriosos anfibios aún no han salido de sus escondites. Aquí apenas vemos algún sapo de espuelas y un gallipato muerto, pero en cambio se escuchan claramente los reclamos de varios sapos parteros ibéricos (Alytes cisternasii), tan parecidos al reclamo del autillo (afortunadamente todavía no han llegado estas aves y eso nos ayuda a despejar dudas).
Finalmente visitamos un diminuto encharcamiento de agua, situado junto al pueblo de La Cabrera. Se ha generado a partir de la acumulación de agua en el hueco de una antigua cantera y hasta aquí llegan desechos de todo tipo que determinan un cierto grado de contaminación. Además, por si fuera poco, una pequeña población de eneas (Typha sp.) genera desechos vegetales cuyos ácidos húmicos contribuyen a dar un tinte parduzco al agua. Aun así, el enclave mantiene una notable población de tritones jaspeados (Triturus marmoratus) (foto 5) que viven en el límite de su área de distribución (más al sur viven sus parientes próximos, los tritones pigmeos (Triturus pygmaeus) que son muy parecidos).
Conclusión: Estos animales que pasan desapercibidos durante el día y durante la mayor parte del año, mantienen insospechadas poblaciones en lugares, muchas veces de futuro dudoso, cuya protección es imprescindible (mucho es el daño que ya se ha hecho). Si bien es cierto que dar a conocer estos espacios entraña riesgos, desde aquí pensamos que cobran tanta más importancia y se garantiza su futuro cuanto más se comentan sus valores.

domingo, 21 de febrero de 2010

Violetas en el parque del Retiro. Madrid. 20-2-10// 650 m



¡Aparecen las primeras violetas adornando el césped de los jardines!
Aunque ya se vio una flor aislada la semana pasada en un jardín del barrio de Santamarca, no ha sido hasta hoy cuando su aparición se ha hecho más evidente con la apertura de numerosos capullos. A partir de ahora estaremos pendientes de esta pequeña herbácea que vive medio asilvestrada en los parque madrileños, llegando a aromatizar el entorno cuando se presenta de forma masiva.
En la Comunidad de Madrid estas violetas (Viola odorata) tienen su medio natural en los herbazales y setos que se extienden por el área serrana, principalmente en lugares frescos y más bien hacia el norte, de modo que éstas que se ven en los jardines de más al sur cabe suponer que corresponden a trasplantes artificiales (?) Disfrutemos de sus encantos hasta mediados de abril, cuando concluye su floración y la especie pasa desapercibida hasta el siguiente invierno.
Más cosas: Después del mediodía pasa volando hacia el noreste un bando de unas 60 grullas cuyos reclamos se hacen imperceptibles por el ruido ambiente del tráfico. ¡Qué pena! A lo largo de la tarde pienso en ellas en un par de ocasiones. ¿Habrán parado en las lagunas de Beleña? ¿Les habrá dado tiempo a llegar a Gallocanta? Parece que las estoy escuchando llegar en medio de la silenciosa y fría noche aragonesa.

martes, 16 de febrero de 2010

Cercedilla (M) 7-2-10 //1300m



Frío matutino en las inmediaciones del embalse de Navalmedio. Sobre la lámina de agua había algunas aves acuáticas. Nada del otro mundo:
Cormorán grande 43 (alguno con plumaje nupcial)
Azulón 5
Gaviota sombría 7
Sin embargo, en los alrededores sí había bastantes pájaros que amenizaban el paseo. En su totalidad correspondían a las aves típicas de la sierra que se pueden ver en esta época del año:
Pito real c. 3
Pico picapinos c. 5 (se escuchaban ya tamborileos)
Mirlo común c.5
Zorzal charlo c.15
Herrerillo capuchino c.10
Carbonero garrapinos c.15
Herrerillo común c. 10
Carbonero común c.5
Trepador azul c.3
Agateador común c.5
Arrendajo c.7
Rabilargo c.5
Urraca c.20
Grajilla c.2
Corneja negra c.7
Cuervo c.1
Estornino negro c.10
Pinzón vulgar c.70
Verderón serrano? 2
Jilguero c.20
Lúgano c.5
Piquituerto común c.15
Escribano soteño c.2
Escribano montesino c.10
El ambiente invernal es dueño aún del paisaje y lo será durante meses. Pero, sin embargo, a partir de las próximas semanas se dejará sentir un aliento primaveral que unos días se pondrá de manifiesto con la aparición de algunos primeros cantos, otros con la llegada de algún ave migratoria y otros con la aparición de alguna florecilla. Esto último es lo que detecta el caminante al dar con un pequeño grupo de azafranes serranos (Crocus carpetanus) que todavía no se han abierto del todo. Ver foto 1. Se encuentran en un ambiente aclarado de transición entre el melojar y el encinar con muchas otras especies acompañantes, entre las que se pueden destacar: 
Pinus sylvestris
Juniperus oxycedrus
Juniperus hemisphaerica
Juniperus alpina
Lonicera periclymenum
Arenaria montana
Lavandula stoechas
Thymus mastichina
Thymus zygis
Cytisus scoparius
Genista cinerascens
Genista florida
Viscum album
Fraxinus angustifolius
Rhamnus catharticus
Prunus spinosa
Rosa micrantha
Rubus ulmifolius
Stipa gigantea
Entre los afloramientos rocosos se encuentran además:
Asplenium billotii
Asplenium trichomanes
Asplenium septentrionale
Dianthus lusitanicus
Sedum hirsutum
y otro helecho de aparición menos frecuente, el Polypodium vulgare (Foto2), situado en un vallado de piedra. También es interesante aquí la presencia de Arceuthobium oxycedri dado que esta especie parásita del enebro de la miera (J. o.) tiene en este lugar uno de sus límites de distribución. Ver mapa de distribución en Madrid.
Una vez finalizado el paseo el naturalista sale del monte camino de un buen pincho de tortilla y cuando reanuda sus observaciones de campo da con unos ejemplares en flor de avellano (foto 3) que poseen una gran belleza. Como hace bastante frío sus amentos no desprenden polen, pero es seguro que en cuanto aumente la temperatura lo harán. Se encuentran camino de Las Dehesillas, en el valle de la Fuenfría, en una zona urbanizada a la salida del pueblo. Esta es la segunda cita fenológica del día, lo que da contenido a la excursión de hoy.