viernes, 21 de octubre de 2011

Maqueda (Toledo). 16-10-2011 // 500 msnm

El espacio comprendido entre los cursos de los ríos Tajo y Alberche, a la altura de Maqueda, está presidido por cultivos de secano que se intercalan con modestos cursos fluviales donde resaltan alineaciones de arboledas o arbustedos. El territorio está ocupado por grandes extensiones de cereal intercaladas de vez en cuando por viñedos. 







Este año aún no han llegado las típicas lluvias de octubre, así que el terreno se encuentra muy agostado con los barbechos y roturados grises y los baldíos entre ocres y amarillentos. Las floraciones de los interfluvios casi han desaparecido, pero aun así encontramos herbáceas activas en las cunetas y en algunos campos arados. 




La planta que predomina ahora en los bordes de los caminos es la grama (Cynodon dactylon) que gracias a su ciclo tardío forma densos y mullidos herbazales acompañada de algunas otras plantas en flor:
Chenopodium album
Chondrilla juncea
Cichorium intybus
Conyza canadensis
Dittrichia graveolens
Epilobium brachycarpum
Foeniculum vulgare
Pulicaria arabica (foto 1)
Tribulus terrestris (la cruz de los ciclistas) (foto 2)






En los campos roturados y en los rastrojos, principalmente en los situados en zonas de vaguada donde se mantiene un residuo de humedad edáfica, también son comunes ciertas herbáceas que tienen la facultad de colonizar en pocas semanas grandes superficies de cultivo. Entre las más habituales destacan:
Cucumis myriocarpus (foto 3)
Solanum nigrum
Portulaca oleracea (foto 4)






Y también una euforbiácea muy común que tiñe de un verde ceniciento estos campos: el tornasol. La Chrozophora tinctoria (foto 5) como se denomina en latín a esta planta tiene una sustancia colorante que se usó en tiempos pasados para teñir tejidos e incluso alimentos. Con ella se prepara una tintura que tiene la facultad de pasar del color azul al rojo al ponerse en contacto con sustancias ácidas, por lo que se utiliza para elaborar el papel tornasol, un reactivo de uso frecuente en laboratorio para conocer el pH.




En un arroyo de la zona dominado por sauces, fresnos, chopos y eneas encontramos asimismo algunas especies herbáceas que florecen ahora. La que es menos habitual para nosotros es el Heliotropium supinum (foto 6), pero también hay:
Althaea cannabina
Bryonia dioica
Epilobium hirsutum
Mentha suaveolens




La morfología del terreno es suave, pero cuenta con ligeras elevaciones desde las que se divisan enormes extensiones de territorio. Desde éstas, ahora que el sol no calienta mucho, resulta cómodo emplazar el telescopio y realizar barridos ornitológicos que siempre traen alguna sorpresa. Lo que en un principio se antojaba como un lugar soso y sin apenas interés, a medida que se va prospectando, muestra su riqueza de aves potenciada sin duda por las fechas de paso migratorio en que nos encontramos. No solo son los bandos de grullas, que observamos volando hacia el suroeste, las que nos ponen en aviso de esta situación migratoria general, sino la aparición de especies nuevas, la variedad, las cantidades crecientes de aves y por los agrupamientos de pájaros con hábitos invernales predominantemente solitarios, como en el caso del colirrojo tizón (en el centro de la península, esta especie tiene una acusada presencia en la segunda quincena de octubre). Además, aunque la actividad desciende algo a partir de media mañana, la mayoría de las aves se mueven incluso después del mediodía.
Buena parte de las que se ven son especies "sedentarias" e invernantes que pasarán la estación fría en el entorno mediterráneo; sin embargo, también queda algún migrador transahariano, como la collalba gris, la golondrina común, el águila calzada y la culebrera que andan rezagadas, seguramente al amparo del benigno tiempo que nos acompaña este otoño. Las especies que anotamos a lo largo de la mañana son las siguientes:
Garcilla bueyera
Garza real
Ánade azulón
Elanio azul
Milano real
Buitre leonado
Buitre negro
Águila culebrera
Aguilucho lagunero
Aguilucho pálido
Gavilán común
Ratonero común
Águila imperial
Águila real
Águila calzada
Cernícalo vulgar
Perdiz roja
Rascón
Polla de agua
Grulla común
Sisón 
Avutarda
Avefría
Andarríos grande
Paloma bravía
Paloma torcaz
Tórtola turca
Mochuelo
Pito real
Cogujada común
Cogujada montesina
Totovía
Alondra común
Golondrina común
Bisbita común
Lavandera cascadeña
Lavandera blanca
Chochín
Petirrojo
Colirrojo tizón
Tarabilla común
Collalba gris
Mirlo común
Zorzal común
Ruiseñor bastardo
Buitrón
Curruca cabecinegra
Curruca capirotada
Mosquitero común
Mito
Herrerillo común
Carbonero común
Agateador común
Pájaro moscón
Alcaudón real
Urraca
Grajilla
Estornino negro
Gorrión común
Gorrión moruno
Gorrión molinero
Gorrión chillón
Pinzón vulgar
Verdecillo
Verderón común
Jilguero
Pardillo común
Triguero
Nos llama la atención la presencia de cogujadas montesinas en campos de cultivo, los primeros banditos de alondras asentados (en esta época se oyen alondras volando por todas partes) y la presencia de casi todos los invernantes que pasarán por aquí la estación fría: bisbitas, chochines, lavanderas, zorzales, mosquiteros y pinzones. Las únicas que oímos cantando son el triguero y el ruiseñor bastardo, y observamos a los gorriones morunos alimentándose de semillas de Bassia scoparia y Conium maculatum, sí, de cicuta, en esta última en compañia de un bandito de pardillos. Las grullas que vemos hoy son las primeras de esta temporada, varios bandos entre 30 y 70 ejemplares que al igual que hemos constatado otros años pasan por aquí a partir del mediodía. Se conoce que los dormideros deben estar a unos 200-300 km (?) y llegan a estas horas siempre.
Saludos