miércoles, 6 de abril de 2011

Por la noche en el parque del Retiro (Madrid). 5-4-2011.



En ocasiones, ciertos olores o sonidos despiertan en nosotros recuerdos que teníamos almacenados en la memoria, provocando una especie de fugaz enajenación. Se desvanece entonces lo actual y lo cotidiano para dejar paso a vivencias del pasado.
Anoche, durante uno de los paseos que damos por el parque del Retiro tuvimos precisamente esa sensación. Ya antes de llegar al recinto, atravesamos una antigua colonia ajardinada donde se escuchaba el canto, si acaso melancólico, de un petirrojo (Erithacus rubecula), lo que nos dio pie a pensar en la inminente llegada de los ruiseñores (Luscinia megarhynchos), también infatigables cantores nocturnos, y también en las totovías (Lullula arborea) que seguramente a esas horas estarían entonando sus melodías en cualquier monte de por ahí.
Caminábamos ya entre las antiguas arboledas del parque sumidos en estos devaneos cuando empezamos a escuchar el canto del cárabo (Strix aluco) y minutos más tarde los de varios autillos (Otus scops). Estos últimos llevamos ya varios días oyéndoles por la zona y de hecho crían por aquí con alguna regularidad, pero sin embargo los cárabos, en el Retiro, solo se escuchan de tarde en tarde (deben ser individuos divagantes que ocasionalmente hacen escala aquí), de modo que cada vez que les detectamos se desencadena una suerte de recuerdos de cuando salíamos al campo a escuchar rapaces nocturnas para determinar su distribución. Las salidas invernales a menudo eran bastante crudas, pero en cambio en el mes de abril era una delicia caminar en solitario por esos senderos intentando oir entre la algarabía de grillos y anfibios, en medio del delicioso aroma de los majuelos (Crataegus monogyna) en flor. Últimamente, cada primavera nos hacemos el firme propósito de repetir esta experiencia, pero al final...

4 comentarios:

Tempero dijo...

Algunas veces el fervor de la vista nocturna lo hayamos en la escucha.
Yo al salir del trabajo, en Navalcarnero y en pleno campo también escucho el cárabo: http://tempero-koroneiki.blogspot.com/2010/12/carabo.html

Anónimo dijo...

¡Fascinante!

Javier Azurmendi dijo...

Resulta curioso comprobar como todo aquel que tiene interés por algún tema, puede encontrar éste en cualquier lugar y hacer de ello una profunda investigación...

Mi enhorabuena por tu espíritu de aventura continua, incluso, en "mi" Parque del Retiro madrileño.

Saludos

javier azurmendi

Javier dijo...

La naturaleza, chicos, se encuentra en todas partes.