domingo, 4 de julio de 2010

Aldea del Fresno (M). 28-6-2010 // 500 msnm

En el proceso de determinación de plantas mediante claves dicotómicas hay un camino de dudas y zozobras que unas veces finaliza de forma más elegante que otras. Es frecuente que cuando la clave pregunta: sépalos de 6-10 mm o sépalos de 10-15 mm, el ejemplar que tenemos en nuestras manos tenga 10 mm. Difícilmente ocurre que nuestra muestra reúna todos los caracteres que indica su descripción, puesto que la variabilidad de éstos es alta según las distintas poblaciones que tiene la planta en su área de dispersión. Son frecuentes los táxones (especies o subespecies) que a lo largo de su área de distribución muestran variaciones en la forma, el tamaño o el color de sus órganos, dando pie en muchas ocasiones a que algunos botánicos les asignen nombre propio. El género Narcissus es un ejemplo claro en el que muchos botánicos se ponen las botas sacando especies nuevas en cada una de las serranías de la Península.
Las hibridaciones entre especies son muy frecuentes y a menudo ocurre que algunas que físicamente no tienen contacto quedan enlazadas por distintos motivos. Uno de los más comunes suele ser el transporte que involuntariamente realiza el ganado dispersando semillas o frutos que se adhieren a su pelaje o que trasladan en su tracto digestivo. De esta manera en ocasiones se encuentran plantas que poseen los caracteres de distintas especies no presentes en la zona y cada botánico que intenta determinarlas ve rasgos que otros no ven.
Algo así debe ocurrir con la población de Adenocarpus que vive en Aldea del Fresno, poco antes de llegar, según se va desde Madrid. Nos reunimos una tarde cinco botánicos pertrechados con claves botánicas y lupas para estudiar estas plantas. 


Hemos esperado a esta época del año para que los arbustos mostrasen flores y frutos, de modo que no hubiese ningún impedimento en su determinación. La clave de Flora Ibérica nos lleva directamente a A. gibbsianus, pero desconfiamos porque esta es una planta típica de los arenales de Doñana y no parece que llegue hasta aquí. Luego, tras una serie de disquisiciones nos damos cuenta que estos codesos presentan características de diferentes especies, pero en realidad no se parece a ninguna de ellas. De Adenocarpus aureus, planta muy común en los arenales segovianos, tiene en común los abundantes pelos crespos de sus hojas; de A. lainzii, típica de los ámbitos atlánticos del noroeste peninsular, tiene las abundantes glándulas estipitadas del cáliz y de A. complicatus que estamos tan acostumbrados a ver en la sierra madrileña, tiene la vellosidad del cáliz. Por eso tras darle muchas vueltas y a la espera de que algún experto diga otra cosa, decidimos incluirla en A. complicatus, (complicatus no es porque sea difícil de determinar sino porque las hojas tienden a estar medio cerradas) por ser esta una planta que presenta una gran variabilidad. Y le llamamos A. complicatus subsp. aureus, con caracteres de A. lainzii.


El entorno se encuentra en uno de esos arenales de ambiente térmico del suroeste de Madrid y no parece que tenga ningún nivel de protección. Es más, dado que buena parte de la población se encuentra en la cuneta de la carretera estamos expuestos a que cualquier coche se salga de la vía y cause un destozo. 


El interés de la zona no sólo se debe a la presencia de estos codesos sino de otras plantas muy raras en Madrid como por ejemplo Halimium calycinum que ahora ya no está en flor (florece en marzo y abril) y Pterocephalidium diandrum FL (foto 1).


Otras especies que anotamos en la zona son:
Allium ampeloprassum
Anchusa undulata FL
Andryala laxiflora? últimas flores
Bituminaria bituminosa FL
Centaurea melitensis FL
Cnicus benedictus
Delphinium gracile FL (foto 2)
Dittrichia graveolens FL
Echium vulgare FL
Helichrysum italicum FL (foto 3)
Lavandula stoechas FL
Linaria spartea FL
Melica ciliata
Misopates orontium
Pimpinella villosa
Pistacia terebinthus
Quercus ilex 
Retama sphaerocarpa
Ruta montana FL
Scrophularia canina FL
Senecio gallicus FL

3 comentarios:

Eritaco dijo...

Javier, qué ilusión leer este post sobre esta complicatusa especie. Recuerdo cuando el año pasado la estuvimos determinando y llegábamos una y otra vez a Adenocarpus gibbsianus.

Después de mucho pensar, se me ocurre una cosa que puede ser un disparate (o a lo mejor no, quiero saber tu opinión) : así como aparece Rumex induratus en el Centro de Transportes de Coslada o Retama monosperma en algunos puntos del Sureste de Madrid, siempre al borde de vías de comunicación. ¿No se le habrá escapado a algún camión o vehículo algunas semillas procedentes del Sur que por buena fortuna hayan encontrado aquí condiciones adecuadas : un suelo arenoso y un clima algo más térmico?.

Saludos.

Javier dijo...

Hola Paco, cualquier opinión en este tipo de asuntos resulta comprometida. Personalmente me inclino a pensar en una dispersión mucho más antigua de lo que propones y con fauna doméstica o salvaje como vector de dispersión. Además no sabemos la distribución de estas especies hace uno, dos o más siglos, cuando podían tener poblaciones próximas.
Un saludo

Abelocarpus dijo...

quizá sería interesante el análisis genético de algún ejemplar... no parece tan descabellada la posibilidad de A. gibbsianus, ya que también H. calicynum es propia de arenales costeros.

Saludos