viernes, 22 de octubre de 2010

Cantiles de Casa Eulogio - río Manzanares. Rivas - Vaciamadrid (Madrid). 16-10-2010 // 600 msnm

Desde hace ya muchos años tenemos la costumbre de contar aves, cuando salimos al campo de ornitólogos y no nos entretenemos con otros menesteres. Es verdad que puede parecer una actividad un tanto peregrina, pero con el transcurso del tiempo acaba por ser entretenida y muy satisfactoria. Unas veces hemos realizado censos de aves acuáticas, otras hemos hecho transeptos para conocer las densidades de aves en diferentes medios y otras nos hemos apostado en lugares estratégicos para contar las aves que llegaban a dormir a un descansadero comunal nocturno, que es lo que normalmente denominamos dormidero. Los conteos son el único método fiable para conocer la evolución de las poblaciones de aves con el paso de los años, pues la memoria es dada a dejarse llevar por falsas impresiones.
En esta ocasión, nos acercamos a los cantiles yesosos que modela el río Manzanares para, desde lo alto, tener una perspectiva favorable de cara a controlar la llegada de aves a dos dormideros próximos: el de garcillas bueyeras que pasan la noche en la laguna del Campillo y el de cigüeñas blancas que descansan en las inmediaciones de las instalaciones de Radio Nacional de España, junto a la carretera de Valencia (N III).


Las primeras vienen del Noroeste, siguiendo la citada carretera nacional, y poco antes de llegar al puente de Arganda giran hacia la laguna. Deben ser las mismas que hace tres o cuatro años atravesaban las urbanizaciones de Rivas-Vaciamadrid rumbo a las graveras de Velilla de San Antonio. Las cigüeñas, en cambio, vienen del Oeste en su mayor parte, pasando por la vertical de las graveras del Porcal antes de posarse.
En ambos casos la llegada de aves comienza a eso de las 19,00 h (hora oficial), pero mientras la casi totalidad de las garcillas acaban de llegar antes de las 19,45 h, las cigüeñas siguen entrando, ya prácticamente de noche, a las 20,00 h, si bien de una forma ya bastante residual. En total contamos 4720 garcillas bueyeras y 2670 cigüeñas blancas.
Pero no son éstas las únicas especies que se reunen en dormideros en esta zona, sin lugar a dudas, la más interesante de Madrid desde el punto de vista ornítico. A las masas de agua originadas por la extracción de áridos (graveras) acuden centenares o miles de gaviotas reidoras y sombrías. Y en los sotos y carrizales se observa la llegada a ultima hora de la tarde de pequeños grupos de pajarillos, fringílidos principalmente, a los que no podemos prestar atención.
A lo largo del recorrido vespertino vamos anotando las aves que encontramos en los hábitats que atravesamos: cultivos de vega, baldíos, arboledas fluviales, pinares de repoblación de pino carrasco, cantiles, espartales y sisallares fundamentalmente. Nos salen las siguientes especies que, como siempre, acompañamos con una cifra estimativa para orientar acerca del orden de abundancia (las acuáticas sólo se citan puesto que en ríos y graveras apenas se repara):
Cormorán grande
Garcilla bueyera
Garza real
Cerceta común
Ánade azulón
Aguilucho lagunero
Polla de agua
Focha
Andarríos grande
Andarríos chico
Gaviota reidora
Gaviota sombría
Paloma torcaz c.5
Búho real 3
Búho chico 1
Mochuelo 1
Pito real 3
Cogujada montesina 2
Totovía c.5
Bisbita común 2
Lavandera cascadeña 1
Lavandera blanca 2
Petirrojo c.10
Colirrojo tizón 3
Tarabilla común 3
Ruiseñor bastardo 2
Curruca rabilarga 2
Mosquitero común c.15
Reyezuelo listado c.5
Papamoscas cerrojillo c.3
Mito c.10
Herrerillo común c.7
Carbonero común 2
Agateador común c.3
Urraca c.5
Grajilla c.10
Gorrión común c.10
Gorrión molinero c.100 en un grupo
Pinzón vulgar c.3
Verdecillo c.10
Verderón común c.2
Jilguero c.10
Pardillo común c.20
Piquituerto común c.3
El ambiente, como se ve por las especies contactadas, es claramente de primeros de otoño, con algún migrante transahariano rezagado (el papamoscas), algún nutrido bando extranupcial (el de molineros), presencia de aves posiblemente divagantes pues no crían en la zona (totovía, cascadeña, tarabilla, reyezuelo listado, mito, piquituerto) y presencia de invernantes mediterráneos, seguramente en pleno paso hacia otras latitudes (cormorán grande, cerceta común, andarríos chico, andarríos grande, petirrojo, colirrojo, curruca capirotada, mosquitero común, pinzón vulgar). Todo ello a grandes rasgos, pues a menudo es difícil precisar el status de ciertas especies en lugares concretos. Como la vuelta la hacemos ya de noche tenemos ocasión de escuchar algunas rapaces nocturnas y de ver al siempre sorprendente búho real tanto en los cantiles como en el pinar.
El ambiente que se respira en la zona lo resumimos con la siguiente colección comentada de fotos, donde se pueden ver: paisajes, detalles y algunas plantas que encontramos en flor.


Río Manzanares en su tramo final, a algo más de un kilómetro de su confluencia con el Jarama. Obsérvese la arboleda a mano derecha, constituida por la única olmeda de Ulmus minor que queda en la Comunidad de Madrid con ejemplares añosos.


La citada olmeda de Casa Eulogio vista desde otro punto. A pesar de su aceptable estado de conservación se puede ver cómo la grafiosis empieza a hacer mella en algunos ejemplares. Queremos suponer que las autoridades estarán tomando medidas para evitar la desaparición de esta población.


Pinar de repoblación de pino carrasco (Pinus halepensis). Desde aquí hasta San Martín de la vega se extiende una masa forestal discontinua presidida por esta conífera propia de medios áridos.


Cápsula seca de adormidera (Papaver somniferum).


Cantil gipsícola con un destacado sisallar en la falda de los cerros. El sisallo (Salsola vermiculata) es frecuente en estos medios nitrificados y yesosos. Muchas veces denuncia una antigua actividad humana.


Flores de cambronera (Lycium europaeum). Esta planta junto con el alóctono cambrón (Lycium barbarum) formaba antiguamente muchos de los cercados del sur de Madrid por su carácter espinoso y enmarañado. El cambrón, que también lo encontramos por el camino, en vez de tener flores tiene frutos; son las famosas bayas de goyi que traen de China!!!


Balea de flor larga (Macrosyringion longiflorum) una planta gipsícola (amante de los yesos) que florece de forma abundante desde el final del verano. Hasta hace poco su nombre científico era Odontites longiflora.


Las urbanizaciones de Rivas-Vaciamadrid se están aproximando peligrosamente a este importante espacio natural. En la actualidad, aparte de algún edificio oficial y de alguna obra de infraestructura, tan sólo la carretera de Valencia separa lo urbano de lo silvestre.


El encuentro de los ríos Jarama y Manzanares dan lugar a un amplio valle muy afectado por la ocupación humana. En la foto se ve el pueblo de Arganda, la carretera de Valencia y la laguna del Campillo.


10- Vega del Jarama con los afloramientos de agua generados por la extracción de áridos (graveras del Porcal). Al fondo la cementera de Morata.

4 comentarios:

Eritaco dijo...

Ese sitio me suena, jejeje. Así que viste al búho.

Gran lugar, me encanta.

Anónimo dijo...

Hola Javier. Ya veo que sigues ofreciéndonos estupendos documentos de tus salidas camperas. Enhorabuena por el blog. Por aquí seguimos disfrutándolo. Saludos,
Julio.

Javier dijo...

Este lugar es fantástico para disfrutar de la naturaleza, si bien es cierto que tiene alguno de los aditamentos característicos del cutresitio ibérico: contaminación, olores, agobio urbanístico, abandono de lo antaño rural...
No obstante, es incrible que tan cerca de Madrid haya esto y todo el paterío de las graveras, del que nos ocuparemos en otra ocasión.

Anónimo dijo...

que bopnito! como he disfrutado viendo todas estas fotos! saludos!