jueves, 8 de abril de 2010

Viaje a la península de Tres Forcas (Marruecos). 28-3 al 3-4-2010. (1)


Pasamos  unos días recorriendo estos bellos parajes del norte de África, teniendo como base de operaciones una tradicional casa rifeña situada en la población de Tibouda (foto 1 y 1a). El alojamiento, disponible para todos aquellos que deseen visitar la zona, se encuentra en medio de un macizo volcánico de naturaleza bastante árida, si bien en esta época del año muestra su aspecto más favorable por la floración de un sinfín de plantas.


La península de Tres Forcas presenta un alto interés geológico puesto que concurren en ella terrenos de variada litología que se han ido conformando a lo largo de la historia geológica, desde el paleozoico a la actualidad. Se trata de un accidentado territorio atravesado por multitud de barrancos donde discurren arroyos de curso estacional y carácter torrencial. En su día, hasta hace poco más de 50 años, parece que estas laderas estuvieron cubiertas, en buena medida por un matorral de lentiscos (Pistacia lentiscus) y araares (Tetraclinis articulata), pero la demanda de leña, principalmente por parte de la cercana población melillense, y el pastoreo excesivo (foto 2) han dado lugar a un paisaje ciertamente deforestado. El extremo norte de la península, el lugar que visitamos, puede que se encuentre entre los que cuentan con los suelos más descarnados, seguramente debido a la naturaleza rocosa del sustrato y a los frecuentes vientos que baten la zona.

La franja de terreno situada entre el barranco de Ayelmán y el cabo Tres Forcas se caracteriza fundamentalmente por su roquedo de naturaleza volcánica que da lugar a paisajes de gran belleza. Durante los episodios extensivos de la orogenia Alpina que tuvieron lugar en el Mioceno Superior se produjo  actividad volcánica con erupción de magmas andesíticos. Entre los materiales depositados a lo largo de este proceso se encuentran tobas volcánicas con aspecto ceniciento (fotos 3 y 4, esta última con una veta férrica), brechas volcánicas constituidas por fragmentos de diverso tamaño, previamente solidificados, empastados en una matriz de grano fino (fotos 5 y 6) y coladas de andesitas y traquiandesitas (fotos 7, 8 y 9). La fracturación generada por movimientos tectónicos posteriores ha cortado el terreno mediante fallas que ponen en contacto materiales depositados en diferentes momentos, como se puede comprobar en los alrededores del faro (fotos 10 y 11).

Por su parte, la erosión fluvial, favorecida por los fuertes desniveles influidos por el levantamiento del terreno y la ausencia de vegetación genera vistosos acarcavamientos en la zona que son particularmente notables en los afloramientos de tobas por su débil consistencia (fotos 12 y 13).

En el litoral costero encontramos unas curiosas formaciones de naturaleza terrosa que presentan un espesor de varios metros. Es una estructura con forma de dedos entrelazados que atribuímos a un cuerpo arrecifal de Porites (una especie de coral) fosilizado por aportes detríticos posteriores (fotos 14, 15 y 16). Su presencia fuera del mar constituiría una prueba del levantamiento que han sufrido estos terrenos.


También el mar, con el efecto abrasivo constante que produce el oleaje, desgasta la linea costera, manifestándose dicho efecto en una plataforma litoral semisumergida (fotos 17 y 18) cuyos materiales superiores han sido laminados por la fuerza de las olas.

En este ámbito horizontal, lleno de recodos e irregularidades vive una interesante fauna marina en la que apenas reparamos, pero aun así, alentados por Manolo Tapia que busca la presencia de la lapa Patella ferruginea (foto 19) por estos parajes, reparamos en algunos de sus habitantes típicos: tomates de mar (Actinia) (foto 20), anémona (Anemonia) (foto 21) y erizos de mar (foto 22), entre otros. La Patella ferruginea que finalmente encontramos, aunque de forma escasa, es un endemismo del Mediterráneo occidental que en España figura en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas bajo la categoría de máxima protección. Actualmente sus poblaciones se reducen a ciertos enclaves de Argelia, España y Marruecos por lo que es muy importante cuidar los hábitats donde vive e impedir su captura.
Otro interesante organismo de estas aguas destaca por su vivo colorido en las paredes verticales sumergidas, a escasa profundidad, el bellísimo coral estrellado (Astroides calycularis) (foto 23)

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